En esas silenciosas palabras has reflejado todo... me refiero a todo...
El corto camino, la salida de casa para llegar a mí misma... me has cambiado de camino una vez más... y sé lo que pasará... discutiremos la filosofía otra vez, viviremos cada quince minutos de odio con la
mayor agonía y desconfianza que podríamos habernos tenido alguna vez.
No. Tus palabras fueron de odio. Ya no de indiferencia, de superioridad, de maestría, seguridad... porque el odio es miedo... miedo del humano... y el odio al ser humano es el peor sentimiento que puede sentir otro ser humano. Y tu lo sientes.... Tú, que me has inculcado valentía a cada segundo que puede durar cada una de tus palabras. Tú que cada una de tus debilidades las convertías en tus fortalezas simplemente conversando... y era lo que me enseñabas... ¿Dónde ha quedado eso?
Prejuicios. ¿Prejuicios?. Primer impresión. A partir de eso puedo formular mi historia. Lo que harás de mi. Me convertías en un ser con odio a lo que me era indiferente, con indiferencia a lo que amaba y con amor a lo que amaba... ¿Y ahora? ¿Odiaré lo que he aprendido a amar? Cuatro meses es suficiente para voltearme catorce veces la vida... y creer cada vez más que me vuelvo loca... siendo que cada vez estoy más cuerda... a los ojos de los demás...
¿Qué haré conmigo ahora? Los juramentos ya no funcionan. Me lo enseñaste. ¿Qué haré entonces? ¿Qué harás conmigo esta vez? ¿En qué me harás creer? ¿Qué extraña sensación desconocida e incapaz de nombrar y clasificar en mi cabeza me harás sentir ahora?, ¿Qué harás ahora para que crea que me desconozco cada vez más? ... Y nuestra vida se aleja... y cada vez te alejas más y me esculpes de la manera más obscura que sea posible imaginar en nuestras vidas juntas. El paso que llevaré. Todo reducido a tres o más palabras. Odio. Simples palabras que mi inestabilidad nunca ha aguantado y que nunca me enseñaste a soportar... te alejarás de mi... cada vez ¿Y qué importa? Serás feliz. Pues sé que lo que quieres es mi independencia. De ti. Nunca pensé que usarías recursos tan vulgares, tan viles como estos... asimismo... nunca pensé que te conocería.. y no te conozco... y cada vez que escribo cada una de mis palabras, cada vez que leo las tuyas... cada vez que sueño y despierto con tu nueva sensación en el cuerpo sé que tus palabras, por muy predecibles que sean... siempre, al mismo tiempo, son impredecibles... en significado...
El corto camino, la salida de casa para llegar a mí misma... me has cambiado de camino una vez más... y sé lo que pasará... discutiremos la filosofía otra vez, viviremos cada quince minutos de odio con la
mayor agonía y desconfianza que podríamos habernos tenido alguna vez.
No. Tus palabras fueron de odio. Ya no de indiferencia, de superioridad, de maestría, seguridad... porque el odio es miedo... miedo del humano... y el odio al ser humano es el peor sentimiento que puede sentir otro ser humano. Y tu lo sientes.... Tú, que me has inculcado valentía a cada segundo que puede durar cada una de tus palabras. Tú que cada una de tus debilidades las convertías en tus fortalezas simplemente conversando... y era lo que me enseñabas... ¿Dónde ha quedado eso?
Prejuicios. ¿Prejuicios?. Primer impresión. A partir de eso puedo formular mi historia. Lo que harás de mi. Me convertías en un ser con odio a lo que me era indiferente, con indiferencia a lo que amaba y con amor a lo que amaba... ¿Y ahora? ¿Odiaré lo que he aprendido a amar? Cuatro meses es suficiente para voltearme catorce veces la vida... y creer cada vez más que me vuelvo loca... siendo que cada vez estoy más cuerda... a los ojos de los demás...
¿Qué haré conmigo ahora? Los juramentos ya no funcionan. Me lo enseñaste. ¿Qué haré entonces? ¿Qué harás conmigo esta vez? ¿En qué me harás creer? ¿Qué extraña sensación desconocida e incapaz de nombrar y clasificar en mi cabeza me harás sentir ahora?, ¿Qué harás ahora para que crea que me desconozco cada vez más? ... Y nuestra vida se aleja... y cada vez te alejas más y me esculpes de la manera más obscura que sea posible imaginar en nuestras vidas juntas. El paso que llevaré. Todo reducido a tres o más palabras. Odio. Simples palabras que mi inestabilidad nunca ha aguantado y que nunca me enseñaste a soportar... te alejarás de mi... cada vez ¿Y qué importa? Serás feliz. Pues sé que lo que quieres es mi independencia. De ti. Nunca pensé que usarías recursos tan vulgares, tan viles como estos... asimismo... nunca pensé que te conocería.. y no te conozco... y cada vez que escribo cada una de mis palabras, cada vez que leo las tuyas... cada vez que sueño y despierto con tu nueva sensación en el cuerpo sé que tus palabras, por muy predecibles que sean... siempre, al mismo tiempo, son impredecibles... en significado...
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