¿Caeré otra vez?
¿No aprendí acaso acerca de mis errores?
Y si caigo caeré más pesado... al esperar que esto nunca más me pasara, al desear con toda mi alma nunca más volver a sentir aquel sentimiento por el que muchos viven, aquel que les endulza la vida con demasiada facilidad, y que los torna levemente más superficiales... ¿levemente? Pues yo jamás he pedido esto, jamás sinceré a nadie el deseo exasperado de sentir amor. Es sabido que cuando es mutuo es como una luz en la obsuridad para el perdido y así, como maravillosas melodías para el que ya posee la luz, sin embargo, yo que no poseo ni luz ni música no me desearía aquella sensación mientras esté en mi más sano juicio.
Entonces, ¿Qué sucede?
Sugestiónada. Pensando tanto en ello, arrancándome de mi todo lo que se le asemejara, en la búsqueda de la neutralidad la obsesión llega de todos modos, y así, me llegó a mi... y ahora estoy aquí... en la peor situación que se pueda encontrar una persona como yo en un logar como en el que estoy...
Él es sincero, lo sé. Él es sabio también, lo sé. ¿Amable? ¡Por supuesto! Inteligente, fuerte, interesante... ¡Y el físico no importa! ¿Acaso en verdad ya no importa? Prejuicios, ¿Qué hay de estos? ¿El sentimiento es verdadero es sólo un espejismo más como cualquier otro que ya se me ha presentado antes?
Y admito...
...sería hermoso...
...que esto...
...fuera verdadero...
Otra vez estoy en la misma situación. Esperar. Nunca quedan más aleternativas... aprendo que tal vez la clave es la espera... lo que jamás creí cierto...
Ya no entiendo qué pasa conmigo. Tanta comunicación. Tanta... ¿Coincidencia?. Tanta alegría. Tanto cariño. Tanta amistad... ¿Por qué siempre llego tarde? Necesitaba simplemente conocerte...
Una sensación después de que el silencio gobierna y la imaginación está agotada. Tu te vas y yo me elevo. Te veo a lo lejos y yo me sonrojo... te visualizo perfectamente en cada movimiento unido a esta sensación, te veo. Claro, sereno, fuerte y perfecto... riendo de mis torpezas, agradeciendo mis palabras, mis momentos... y tu me ves, impotete por no decir una palabra, con los ojos volados con tus palabras... y ambos nos comparamos, ¿qué tan iguales podemos ser? ¿Qué quiere decir esto?
Y la obsesiva inseguridad me rodea otra vez... ¿Acaso tu anhelas tanto como yo que cada segundo dure más que un segundo, que las palabras del otro nunca terminen, que las miradas no acaben, que surja una sonrisa más, que las confidencias continúen, que uno de los dos diga "te amo"?...
Y si esto acaba rápidamente otra vez, ¿Qué pensaré de mí por haber imaginado si quiera que yo podría amarte? Entonces yo sólo sueño con que esto nunca acabe, al menos no hasta que me digas que no.
Y ahora despierto y no puedo creer que mis palabras son traducidas a amor hacia tí. Lo dije, ¡Jamás lo sentiré otra! ¡Jamás! Simplemente el la fuerza ya no lo aguanta... la esperanza... ¿Y me arrepiento?...
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