viernes, 11 de enero de 2008

[+] Hombre de Barro [+]


¿Es imposible tu existencia? Creo en ti aunque no lo quiera. Estás en mis recuerdos ya... y coo no olvidé a otros, hoy sé que no te aolvidaré a ti. Y si juegas conmigo prefiero no saberlo. A través de la distancia nada se siente con el mismo dolor que en tierra. Y te vi y parecías uno más. Distante e igual... y mi pasado era con exactitud como tú. Te sentí en irrealidad máxima. Imaginé tu mirada en mi... invadiéndome... persiguiéndome... y acercándose misteriosamente. ¿La historia se repetía? Pero en la insetifumbre de la obscuridad. Y en verdad nunca te acercaste. Nunca exististe... sólo tus palabras... y me sedujeron... y yo te seduje... ¿Y dónde estamos parados ahora? Te extraño. ¿Me extrañas? Ya no te siento... ¿Me sentiste alguna vez? No me he creado... pero... ¿Qué hay de ti? En tus palabras lo dijiste: mi miedo es tu miedo. Y la utopía es utopía. No creemos que pueda ser real tanta coincidencia. Puede ser tal vez un engaño. Puede que nos engañemos el uno al otro y nunca más llegues... puede que me hayas ilusionado. Y aunque no lo quiera... y aunque no lo admita... creo en ti. Me adentré aún más en el hiperrealismo. Volé por el agua un momento. Bebí de las alturs y de las profundidades. Te imagino perfectamente... a ratos vivo... a ratos muerto. Nadando y corriendo momentáneamente. Y en persona... un ser de barro.
Hablamos otra vez e inmediatamente, todas aquellas sensaciones del primer cruce de palabras vuelven tan placenteras como lo fueron aquella vez. Y no te has olvidado de mi... y no me pudiste sacar de tu cabeza... y que estás igual que yo. Recuerdo una y otra vez cada uno de tus sonidos. Cada una de tus incontables letras... tus seductoras palabras... todo cuidadosamente dicho para que sólo tú puedas parecer a lo que yo desee en el momento más exacto de nuestra existencia... juntos. Tú lo dijiste. Aunque sea efímero. Irremediablemente. Ya nos conectamos. Ya sabes cada uno que el otro existe... y conocemos... una a una... las extrañas coincidencias que nos han perseguido. Y que nos iluminaron de nuevo. Y tu pareces tan seguro de las cosas que haces y me dices. De tus pensamientos. Y creencias. Y yo siempre tan insegura de ti... me llevas con delicadeza a donde siempre debí estar. Y con miedo me dejo llevar por ese momento tan dulce... su entorno me llena y lo guardo entre mis recuerdos más preciados con algunas dudas por si me engañas... no me puedo dejar llevar por ti. No puedes hacerme daño. No puedes ser como los demás... no te quiero apuntar a tí y tus mentiras. No llegarás a eso... ¿Cierto? Te esperaré un poco más. Veré así si desapareces o le doblamos la mano al destino. Si me esperarás eternamente o si te acobardas y... bueno, desapareces.

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