La voz del silencio rodeándonos. Nos liberamos pacíficamente en belleza. La realidad se confunde de forma artística con nuestros sueños y deseos. Te sentí cercano y fugaz. Las fronteras no existían... porque estábamos encerrados... en nosotros mismos. Algo estalló y hasta hoy no comprendo. Te necesité y ahí estabas. Exististe... y aun existes. Sentimientos en mi que me habían tocado antes... pero fuiste distinto. El estallido me confudió... y todo acabó. Desperté. Me levanté... y respiré el aire. Intenté no tragar agua. Lo notaste... y me sumergiste deliciosamente otra vez... porque el mar también puede ser precioso. Porque no es sólo sal y agua. Y descubrí ese mundo junto a ti. En un segundo... lo descumbrimos. Y finalmente... al fondo de todo... encontramos tierra. Arena. Había vida y estábamos vivos. La tocamos la vivimos. Nunca nos perdimos. Surgieron palabras... letras... sonidos... seres y situaciones. Y todas las disfrutamos al máximo. Nos sentimos para la eternidad. La belleza nunca acabó.
Hoy vivimos ahí.
Nos esperamos a diario.
Nos soñamos.
Nos sentimos.
Nos hablamos.
Nos pensamos.
Puedes verme en tu imaginación. Puedo verte en mis movimientos. Y sin perdemos nos volvemos a encontrar. Mis sentimientos irradian a través de mis ojos sin discreción. Las esperas son nulas si pensamos en lo que vendrá... si nos dejamos llevar un poco más. Porque nada es eterno y nada acaba tan rápido. Porque estando contigo la enajenación es de a dos. Porque nadie importa si estás allí... del otro lado... conmigo. La luz penetrando las miradas. Los ojos brillan. Las sonrisas brotan como semillas. Y llenan de flores a Wonderland. Al País de las Maravillas.