martes, 18 de diciembre de 2007
OrgullO... -> ¡BaCk!
La alegría. Si me conociera a la perfección mis predicciones hubiesen sido ciertas: debí alegrarme. Bien. Pues aquí estoy. Te ví en decadencia como nunca te vi antes... como pensé que nunca serías... en llanto. ¿Pero qué le sucede a mi persona rencorosa y orgullosa entonces? Tanto daño en mentiras... y las verdades eran iguales... ¿Sentí odio? ¿Sólo exageré?
Mis palabras son claras frente a tí... las indirectas. Ironías. Sarcásmos. No llegan.
¿Sentimientos encontrados? Dos frases me marcaron. No te puedo dejar ir... tanto rencor esfumado... me encantaría tenerte aquí otra vez... que seas parte de nosotros... que seamos dos. Tú buscas un confidente. Un amigo. Una historia. Un grupo. Una felicidad. Y yo... lo tengo todo... porque verte en mis experiencias a ti ahora... ver que tú sufres en este momento como yo sufrí hace algún tiempo me llena de nuevos sentimientos... y te quiero aquí... otra vez.
Vives de la misma forma con la que te conocí. Eres aún a quien yo quice tanto. Tus bondades son las mismas. Tus rencores han cambiado... los míos siguen intactos... nuestros destinos se unen una vez más. Y estás ahí. En soledad. En llanto. En impotencia. Veo tus debilidades tan claras... veo tu lado humano... y no comprendo. No comprendo por qué fuiste en el pasado como fuiste. Por qué ahora buscas en mi lo que rechazaste antes... y no comprendo... por qué... yo te acepto... ¿Y qué más da? Nuestros destinos se unen una vez más...
El orgullo cubrió. En su momento. A la verdad. Nos encegamos con la brillante realidad. Caminamos con inmadurez y sentimientos de superioridad. Nos sentimos bien con nosotros mismos. Odiamos a quienes... lo merecían... ¿Lo merecían...? El pasado quedó allí... en el pasado. Rejuvenecimos con tus lágrimas. Y los que en verdad debían quedar atrás... quedaron. Nos avandonaron... ¿Nos cambiaron? No lo creo. Sólo avanzaron... o retrociedieron... quién sabe. Sólo siguieron su camino. Su nuevo camino... y nosotros... nos juntamos otra vez. Te acercas a mi con inoscencia. Pides auxilio... secretamente... te avergüenzas de extrañarme... como yo lo hice... lo hago... somos iguales. El orgullo nos controla... en muchas ocaciones.
Nos queda un largo período de ausencias. Esperaremos uno por el otro por horas eternas. Cambiarás de opinión al recordar mis nuevas palabras... y las de ellas... te olvidarás de las palabras que cruzamos y que nos hicieron revivir... pero seguiré pensando que por un momento te hice falta... como tu a mí...
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