Ilusionada. Ilusionada simplemente. Conocía cada palabra. ¿Por qué no hablé? No fui lo suficientemente clara. El silencio nunca se entendió como lo que necesitaba... fui creciendo silenciosamente... Aquí entonces. Callada las ilusiones se esfumaron. Ya no sé si las palabras erradas fueron peores. O es peor este silencio... que yo misma creé... A tus palabras superficiales y objetivas análisis les doy a cambio. ¿Y de qué me sirve?... si eres tan simple. Si me entendiera con estas actitudes mías no vale la pena... porque no te entiendo a ti. Siendo sencilla somos mejores. Te hostigaré y lo sé... entonces las soluciones saltan. Me guardaré todo. Sí. Me enterraré en mi alma como ya lo hice una vez. Y si me pudro por dentro qué importa. Me entregare hacia a mi... por dentro... en silencio... en secreto... Y por fuera. Alegría irradia. Seré como quieres que sea. Seré flexible y graciosa. Fresca y sincera. Perfecta a tus ojos...
Imposible, amor. No puedo ser flexible... pues soy tirana.
No puedo ser graciosa... pues tú me haces sonreír.
No puedo ser fresca... porque será todo fingido, querido.
Evidentemente no te puedo ser sincera... pues si entro en esto dejaré de ser persona... y seré una mentira. Alles Lüge, mi querido. Alles Lüge.
La inconsecuencia no me guiará otra vez. No puedo cambiar por ti... ni por nadie. Tus estereotipos son lo que yo contrario. Y vives feliz... vives sin deseos de más... satisfecho y poco confuso. Sin saber si mientes me jacto de que ocultas tus mentiras. Sin saber nada de ti ellos se jactan de miles de cosas má. ¿Y qué puedo hacer yo? Sabes que no existimos. No podemos dirigirnos sonido coherente alguno. Mis expresiones siempre se dirigen a ti. Ahora. Siempre eres el mismo y siempre espero que cambies. Espero... más. Sé feliz junto a mi. No te pediré nunca que nos unamos en comunidad y ¡Zas! todo se olvidó... Imposible. No me sigo ilusionando. Nos perdimos en el tiempo. En tu nueva aventura me abandonaste... en mi laberinto del tiempo... te perdí de vista. Y nada podrá juntarnos... si tu no quieres. Y no quieres. Obviamente no te puedo dar todo el crédito. Es pecado. Porque yo tampoco nunca te hablé. Las llamadas son evasiones. Las miradas esquivas. Las muestras de afecto... sin sentimientos. Sólo palabras vacías. Nada. Nada real... más que el jamás pronunciado Te Extraño.
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