Y todos caemos a tierra, algunos emprendieron un nuevo viaje y sembrarán nuevas experiencias. Y yo, exhausta de ti, agotada de retener antiguos sentimientos en mi corazón, aguantando y sostentiendo lo que alguna vez sentí por ti... en mi. Pues no me lo explico, no me explico cómo eres tan ciego, y temo que la cercanía astral me arrebate a quien aun espero...
Amando ahora que estás en silencio, amando que simplemente no estás, amando que estás lejano, que te comunicas y no es conmigo. Nos mudamos de jaula constantemente... algunos sueñan con ser pájaros y poder volar... yo anhelo poder desaherme mis alas... ¿En verdad sientes lo que dices? ¿En verdad existes?...
Te muestras en mis sueños como un héroe, eres aquel que me saca de lo que me angustia: la superficialidad, la sobrecarga; y me llevas... ¿Adónde me llevas?... Aún te recuerdo. Lejano y distinto, tu máscara cayó sin darme cuenta, ahora la utilizas cada tanto para parecer ejemplar... ¿Dónde estamos?
Somos dos, tres, cuatro, cinco... perdí la cuenta, ¿A cuántos más invitarás? Me agradas, me alejo y entonces me temes, aunque debo reconocer que yo te tuve miedo primero, pues tu puedes camuflarte en las demás, yo tengo que mostrarme como crees que soy. Y aunque dejé de extrañarte y continuamente te olvido, cuando te veo todo mi mundo gira, me elevas, me hundes, me confundes y aclaras todas mis dudas.
Llegas a reemplazar a lo que me abandonó. Vienes. Aparentemente sincero, sin máscaras y mirando al frente, sin dejar de aclarar cada punto... cauteloso, pero directo: te rechacé y a tu sombra también. ¿Qué sucede hoy? Hoy estás constantemente en mi, hoy vas y vienes sin alejarte jamás, hoy amas a todos porque eres neutro... pero hoy te pido... sé quien te negué ser.
Aquel que me olvidó sin ignorarme sigue allí... pero yo, que pasé de amarlo a odiarlo y de odiarlo a olvidarlo, y de ahí a sin creer en su existencia, yo entonces te abro el paso... la puerta de mi vida está abierta desde hoy ¿Estás?
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