Todo. Lo eras todo. Lo que quice ser, sentir, reír, vivir, recordar. Estabas completo con tus defectos. Eras él y el otro. Eras aquella melancolía del pasado y mis sueños para el futuro. Para nuestro futuro. Caminábas sin mirar atrás... seguía tus pasos a la par. Si estabas yo era. Si yo estaba tu eras... hace cinco años atrás...
¿Y entonces qué? ¿Te extraño? ¿O te necesito?... ¿Te desprecio? ¿O aún te quiero? Fuiste quien quisiste. Aquel que me intrigaba con el silencio. Quien no necesitaba esconderse para ser él mismo. El que me inscitaba a creer en un nosotros... y lo creí. No éramos dos ni tres ni cuatro... éramos "nostros". ¿Nos perdimos? ¿Estás? ¿Dónde quedó la metáfora de los recién conocidos? ... de los reconocidos...
Entonces no estamos. La envidia... amarga, tal vez nos haya asesinado. Nada fue como yo quice. Pero aquí estoy... y allí estás... lejano en el hielo. Distante y en silencio... pero un silencio despreciativo. Porque ya no quieres estar. Ya nada importa... y el pasado nunca existió. Sólo estás tu... conversando con gente dentro de tu cabeza a quienes no conoces aún... y que no notas que ellos son tu...
Me dejaste a mi y a nosotros por un nuevo núcleo. No lo notamos. Fuiste desgraciado y no lo noté realmente. Luego te volviste extraño... y hoy eres feliz. Con tu nuevo mundo... donde somos un error... un error sin aprender. Donde no existo más que para tener historia. Para saber que exististe aun en esos tiempos... hace cinco años atrás... aún vivías... ¿Y qué puedo querer ahora? Quiero. Quiero estar allí y acá. Quiero que Wonderland no muera como yo lo conocí... como yo lo creé... como no lo alcanzaste a vivir.
Entonces dejamos de ser. Ya no aspiramos a más que a vivir. Sobrevivimos uno sobre el otro... y cierto rencor nunca nos quiere dejar... ¿Qué sucede? No podemos ser sinceros. No podemos ser verdad. Retrocedemos, perdemos y nos rendimos con cada palabra de suspenso. Los misterios son mentiras y las mentiras se vuelven nuestras cómplices... ¿Adónde llegaremos? No sé nada. Me pierdo por el camino del futuro... no sé parar ni avanzar... sólo me dejo llevar. Y ahora. Con una nueva caída a tierra sobre mis hombros no entiendo... ¿Qué nos sucede?
Fürer.
domingo, 3 de febrero de 2008
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