jueves, 14 de mayo de 2009

VEINTIDÓSDEABRIL.

Esa cosa extrañísima de quedarse solo. Solo, solo, solo. De palabras y acciones compartidas. La literatura psicópata que guardamos y que se expande. El movimiento agónico-pensante de vivir hacia atrás. Porque nunca exististe. Te creé, te maté... pero, aunque siempre esperé, nunca me creaste a mí. Más agua que tierra. Y no me cubriste con tus manos y desapareciste. No escapaste. Aún puedo verte, aún puedo alcanzarte y llamarte y con dificultad, vendrás. Pero no vives, ya te acabé. Acábame. Acábame. Acábame.

1 comentario:

Shemyr dijo...

por la mierda, no soltarte.