sábado, 21 de junio de 2008

Vahído_____


Entré. Instintivamente te busqué con la mirada: estabas allí, tomé una silla y me senté a tu lado. Esperé alguna señal, y llegó. Un saludo. Me bastó para saber que me recordabas. Así que pude seguir tranquila.
Esta vez no hubo más cambios que esa pequeña contraseña. Fue algo denso y difuso el resto de la jornada, pero el término respondería algunas preguntas: fuiste algo indiferente, algo distante, lo que me confundió un poco, no podía atraparte, eras como jabón y esas pequeñas burbujas que se separan de él aún más escurridizas. Así pasaron lo siguientes veinticinco minutos. Silenciosos y aislados.


De repente, poco a poco comenzaste a deslizar pequeñas palabras, luego oraciones y finalmente preguntas. Tantos segundos analizándote no me quedaba tiempo para ser natural y lancé una violenta respuesta ¿Qué habrás pensado en ese momento? Era fácil ser algo narcisista y creer firmemente que pensabas en estrategias para lograr ganarle a mi máscara. Pero había que ser realista, aunque esto fuera, en cierta forma, más difícil: pensabas en la música que salía de los televisores, o tal vez en el espeso aire que se formaba con las respiraciones de las personas; quizás en qué harás al terminar de cruzar algunas miradas de reojo entre todo el grupo, o en una de esas, en llegar pronto a casa.

Intento poder participar en alguna nueva interacción para hacerla parte de nosotros, quiero apartarme del resto, quiero que nos alejemos de los demás y nos olvidemos que no vamos sólo los dos en esa pestilente caja. Lo intento. Lo intento. Lo intento. No puedo más.

¡Al suelo!

Sólo un grito alcanzo a divisar desde tus labios, un nombre, pero no es el mío. Inmediatamente después siento tu, ahora, extraño brazo alrededor de mi cuerpo. No hay más.


Abro los ojos y lo primero que veo son tus amigables zapatillas caminando de un lugar a otro a mi alrededor. Eres tan sencillo. Luego aparecen más miradas. Cientos, miles. Y otra vez más brazos, y me elevan y me hacen preguntas y yo digo sí, sí, sí… luego no te vi más, hasta que entré en una sala de aspecto frío engañoso, pues la temperatura es elevada. Comienzan a dar algunas órdenes y yo te pierdo entre la curiosidad ajena. El ambiente se calma y veo tus ojos relampaguear de vez en cuando, pero no hay más palabras, al menos de tu parte, porque de otras bocas salen por cientos de decenas.

Partimos otra vez. Ahora estás siempre a mi lado, velando. (Sólo espero no estigmatizarme por ese episodio). Sigo algo aturdida y ya no pienso más en hablarte, es algo que descarté. Entre mareos y enajenaciones siento un pequeño golpe en mi pie y te miro, y golpeas tu zapatilla contra mi zapato suavemente y lo continúas con una dulce sonrisa. Intento sonreírte, pero es difícil en este extraño estado y te ignoro. Y lo intentas otra vez, tal vez no he notado que has sido tú. Y me giro, pero no me miras. Mis ojos se clavan en los tuyos hasta esperar respuesta, y la obtengo. Me miras de reojo y no puedes evitar volver la cabeza a mis insistentes ojos. Y me sonríes con más ganas. Ese fue el momento que hizo que todo cambiara. Que el mar atestado de insectos que había en mi interior se tornara cristalino y danzante y se reflejó en todo mi cuerpo.


No me volviste a hablar, pero ese juego fue suficiente para recordarte por la eternidad. Hasta que nos reencontramos y me incitaste a una nueva salida, pero ahora sin mundo, sin grupo, sin poder apartarse porque ya estaríamos apartados. Esa fue la nueva señal, la nueva contraseña.




3 comentarios:

Anónimo dijo...

.

IACV dijo...

o.o!
....

The_Black_Guardian dijo...

O.o, eso, me suena un tanto conocido ajajaj

Bueno, me escasea el tiempo xD, porfa, no me preguntes por el post por msn xD, no estoy para interrogatorios ahora :)

Hasta Pronto

Buena Luna Sobre Vuestros Sueños De Rosas

Edward "¿Bloom?" Magañah

P.D: Te iba a contar algo, pero revisando circunstancias, es algo que quedaría demás y quizá sería molesto así que no