Espera · Verdad · Confianza

Y aquí. Otra vez sentada en la eterna espera de esperar simplemente. Ya no te siento más que en la indiferencia… Otra vez deberé esperar…una vez más el tiempo tiene l razón. Y el destino se apodera de mí. Momentos en los que quiero estar sola. Momentos en los que estoy rodeada de sonidos interminablemente mundanos… y no quiero más de nada… sólo quiero avanzar… caminar algo y ya no esperar… porque le espera es eterna. Porque acaba una y comienza otra. Porque creí que la verdad existía… hoy entiendo que jamás ha nacido tampoco. Y que podría caer mil veces al suelo en su búsqueda. Y que, asimismo, caí ese número de veces… pero la verdad nunca apareció.

Confianza y Verdad. Dos palabras que son un mito. Fue estúpido pensar que algún día éstas llegarían a mí… es estúpido pensar que algo tan gigante… tan sublime como lo son éstas… fueran alguna vez merecidas por mi… Sencillamente no las valgo…es por eso que no existen. Porque sólo viven en cuentos y fantasías. En libros e historias. Irreales. Para alguien tan indigno como lo soy yo misma. Pues las fantasías son sólo para la mente, la imaginación, ¿No? Y es de eso lo que yo más tengo. He convertido todo eso en una fantasía… nada más que una alucinación… aunque pura… siempre sincera. En su forma de ser. Pues jamás mintió sobre sus sentimientos. Siempre entendió sus manías. Jamás dio paso en falso. Siempre estuvo consciente de sus actos (o subpensamientos). Aunque jamás haya existido la verdad…

Se simplifica la palabra en un pensamiento. Se genera una nueva vida en este pensamiento. ¿Consciente? Que desde el exterior prejuicioso se traduciría a una insensibilidad del peso de una roca. Pero qué más da. Sólo debería importarme mis interiores… imposible es disimular que me importa más el prejuicio ajeno antes que mis imaginaciones. Pero qué más da. Aún me molesta la realidad. No podré acostumbrarme a vivir. En ningún tiempo aprendí a vivir. ¿O es que a nadie le han enseñado? ¿Cómo es posible, entonces, que vivan con tanta armonía? Mientras ellos viven en su utopía realizada de la vida concreta. Yo sigo en este estado al que no le podría siquiera llamar vivir… es sólo pensar… es odiar al indiferente…es querer lejanamente al que ama… y ser helado con el que dice amar por pertenecer a tu árbol genealógico… en otras palabras. Vivir de uno mismo en la verdad de los pensamientos.

Y así. En la soledad del frío cerebro imaginativo. No se confía en nadie. Evidentemente. Pues todos han mentido. Y si mintieron una vez lo volverán a hacer. Nada. Nada de lo que diga o hagan… pues esta vez, actos y palabras valen igual… podría modificar su clasificación de mentirosos. Porque mientes una vez y no paras más. Debo admitir también. Que me encontrado innumerables veces en la situación de que mis propias alucinaciones mienten. Soy mentirosa. Llevo careta. Máscara. Y me la muestro a mi misma… y cuando me la quito y descubro que todo fue una vil bromita. Me odio. Más. Y todo empieza otra vez. Ruego para no hacerme nada. Pero es tarde. El daño estaría hecho y no sólo a mi… porque he dañado ya a quién sabe cuántos más… pues creí cosas impresionantes… y se las he comunicado… y las han creído…y hoy las cobran… y ya no sé cómo explicarles que todo fue un juego de lo que he aprendido de ellos mismos…