lunes, 15 de diciembre de 2008
.Creación.
El cielo se abre para dejarnos escapar, nos inunda tiernamente de nuevas experiencias. Nos aterroriza con el Sol que nos quema a cada segundo, nos envejece y nos mata (para empezar de nuevo).
En el cielo de lo inimaginable se esconde lo ajeno de nuestras almas. Vivimos eternamente de su elíxir, de sus flores, de su impotencia; soñamos hasta el fin con sus deseos jamás realizados y sus estigmas de frustración.
Arde la piel de desesperanza, ¡pero cómo es dulce la ilusión! Esa que nos llena hasta hacernos explotar y despertar, reaccionar de que nada fue... que si fue en el interior de nuestras entrañas.
Creer en el criterio superior como si fuese perfecto. Vivir: crear recuerdos, se convierte en lo que nunca quisimos para nosotros, pero lo que no queremos perder. Es lo que tenemos, lo que nos queda y nos aferramos a ellos por sucios o hirientes que sean. Egoísmo quizás es lo que nos incita a acaparar lo único, a privatizar lo posible.
Déjanos ir. Corre lejos. Escapa.
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